''Los alrededores de la parada del Metro de Lago, en la Casa de Campo, se convirtieron ayer en el escenario de un auténtico drama emocional para cientos de adolescentes- en su mayor parte chicas-. Allí se concentraron alrededor de 300 muchachas de entre 14 y 18 años que aguardaban acampadas desde el pasado jueves a la espera de que se abriera el acceso al estadio Telefónica Arena.
Su objetivo: conseguir situarse lo más cerca posible del escenario para poder contemplar en toda su gloria a los integrantes del grupo de rock alemán Tokio Hotel. Dicho conjunto tenía pensado ofrecer hoy un concierto de dos horas, en la que iba a ser su única parada en España en el curso de la gira europea. Sin embargo, sus seguidoras vieron truncadas todas sus aspiraciones por un enemigo contra el que ni toda su devoción pudo hacer nada. El cantante del grupo, Bill Kaulitz, padecía laringitis y los organizadores aplazaron la cita 'sine die'.
La noticia cayó como un mazazo. Primero, las muchachas se vieron presas de un estado de estupor mientras asimilaban la noticia. A continuación, comenzaron los sollozos iniciales que rápidamente degeneraron en berrinches y que, en algunos casos, acabaron en desmayos, lipotimias y crisis de ansiedad. Afortunadamente, la base principal del Samur-Protección Civil se encontraba a apenas unos pocos cientos de metros y pronto el lugar se vio frecuentado por sanitarios que trataban de ayudar a las inconsolables adolescentes. ''Me quiero morir!'', clamaban las más exaltadas.
Apesar de las palabras tranquilizadoras de los técnicos y enfermeros, aún tuvo que pasar cierto tiempo antes de que las incondicionales de Bill asumieran la realidad. No era para menos, las entradas para el evento se habían acabado hace mes y medio y, en su afán por lograr un puesto privilegiado en cuanto se abrieran las puertas, muchas de ellas llevaban durmiendo al raso desde el pasado jueves. ''Vine con mi hermana desde Murcia con una tienda de campaña. Llevamos tres días aguantando el frío de la Casa de Campo para nada'', se lamentó Araceli, que presentaba unos largos churretes de rímel mezclado con lágrimas a lo largo de sus mejillas.
Sin hotel para pasar la noche
Una de las preguntas que más se repetían los presentes era qué hacer a continuación. El concierto había servido de reclamo para multitud de entusiastas que habían venido desde todos los rincones de España. Ellas contaban con asistir al evento y volverse a sus provincias de origen el martes por la noche o el miércoles. Por desgracia, anoche se vieron sin nada que hacer y con un billete de vuelta que no podrían emplear hasta el día siguiente como muy pronto. ''No tengo hotel, pensaba pernoctar un par de días en la cola con todas las demás. Pero ahora ya no sé que hacer y en Semana Santa es imposible cambiar el billete'', informó una joven de Barcelona.
Las madrileñas fueron las más afortunadas ya que, una vez que expresaron su pesar, pudieron marcharse a sus casas. En cambio, las foráneas se quedaron con una expresión que mostraba, a las claras, sus dudas. ''Creo que me quedaré por aquí, quizás a última hora Bill se recupere'', apuntaba con esperanza otra fan.
No obstante, no fueron las chicas las únicas víctimas de la desafortunada patología que dejo al cantante de Tokio Hotel sin voz.
Muchas madres se habían soliradizado con sus hijas y se habían prestado para acompañarlas en la cola. Por un lado, se lamentaban por el disgusto de sus retoños y, por otro, por el dinero invertido que se había desperdiciado. ''He tenido que pedir vacaciones para poder estar aquí y mi hija ha dejado de ir a un viaje de fin de curso a Paris. Calculo que la excursión a la Casa de Campo nos ha salido por 400 euros que nadie nos va a devolver'', afirmó una mujer que venía desde Tenerife. De momento, está previsto que la organización reembolse los 36 euros que costaban las entradas o que, en su lugar, se puedan emplear en el próximo concierto.
Alguna seguidora había llegado a gastarse 110 euros en una entrada de reventa poco antes de que se filtrara la noticia de que no la podria usar. La falta de información, así como ''la mala organización'' fueron las quejas que más se repitieron entre los presentes. ''No entiendo que se monte una cola de varios centenares de personas y nadie sea capaz de repartir mantas y bocadillos oara pasar la noche. Por si fuera poco, aquí no ha aparecido ningún representante de la discografia para decirnos que Bill no podría cantar'', denunció la madre de una chica que se encontraba en plena postración.''
viernes, 21 de marzo de 2008
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1 comentario:
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